martes, 13 de junio de 2023

Con la matriz inversa de Daniel Vélez Vélez

Su pulso se acelera, y una gota de sudor le cae por la sien. La bulla no lo deja entender sus pensamientos, pero sigue intentando, con todas sus fuerzas, dar respuesta a aquella conjetura mental en la que se halla.

Al verlo absorto en sí mismo, sus amigos empiezan a hacer señas, aquellas señas que hacen los amigos cuando la vista se pierde, como si se estuviera mirando a otra dimensión. Y es que Pedro, durante ese momento, estaba en otro universo.

-          Pedro, ¡Pedro!, relájate, hermano, tomate otro trago. – Dijo su amigo Luis.

En ese instante parpadea y, al abrir los ojos, vuelve a ver a su amigo tras las coloridas luces intermitentes de la discoteca en la que se encontraban. Decide hacer caso omiso de lo que había ocurrido, y trata, como le animaban sus amigos, de contagiarse del ambiente.

Taquicardia, sudor frío, su cuerpo paralizado. Su cabeza repite “determine la dimensión del espacio nulo de la matriz…” Y él piensa, rebluja su mente en busca del procedimiento y su pierna empieza a rebotar contra el piso. No sabe de dónde viene esa presión de necesitar saberlo en el instante, pero su cuerpo está rígido, sus muslos tensos y su muñeca derecha casi inmóvil del dolor. La cara del profe se le viene a la mente; puede recordar verlo parado al frente, rayando sobre el tablero ceros y unos, uno sobre el otro, pero no puede recordar lo que necesita.

La luz intermitente de la discoteca se empieza a perpetuar, la humedad que su bebida traía a su boca había desaparecido, así que intenta encontrar el vaso en su mano, sin éxito. Aquel enigma que le había surgido, que insistía a su conciencia por una respuesta, empezó a flotar en el aire: cada letra se empezó a dibujar en el aire, organizándose lentamente una al lado de la otra para formar una oración, la oración que le atormentaba.

Intenta parpadear, ya con desespero, varias veces, para ver a su amigo Luis y que le saque de esa pesadilla. Pero al abrir los ojos, luego de frotárselos con los nudillos, se ve allí: treinta minutos en el reloj, ponderación del 30%, primera pregunta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuentos participantes

El más sabio de todos - Sara Sofia Reyes Villamil La cara del mal - Daniela Alejandra Franco Arias El portal de los delirios - Samuel Bedoya...