Me encuentro
camino a la universidad, pienso que se acerca el final; después de todos estos
semestres, voy a titularme. Me detengo frente a la facultad y antes de subir
las escaleras comienzan a retumbar las voces de mi cabeza, que me preguntan - ¿A
dónde fueron mis amigos? - No puedo reconocer a nadie. Me encuentro en el
mismo espacio donde aprendí tantas cosas, y allí mismo me desencuentro, en ese
lugar al cual ya no pertenezco.
“Habitar”
es un verbo que entendí sólo cuando me convertí en observador transitorio. Tal
vez, en aquella época de habitante estaba muy ocupada habitando…Comprendí que
me des[1]encuentro
para encontrar ese lugar en mis pensamientos, donde viví todas aquellas
experiencias que me definen en el presente. - ¿Ha valido la pena? -
dijeron las voces.
Me detengo por
un segundo a observar cómo pasaba la vida en el vacío que hay entre los muros
de aquel edificio y ante aquella pregunta sólo pude sonreír con absurda
nostalgia. Entonces, me di cuenta: era momento de decir adiós y gracias,
a aquel lugar perenne que solo existe (y existirá) en mis recuerdos.
Adiós y
gracias,
por los mejores
años de mi vida.
preciosooo
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