domingo, 11 de junio de 2023

Apego… de Isabel Cristina Hernández Velásquez

“la gente só leva daqui o

 amor que deu e recebeu”

Un día como todos, la chef Tina, busca un buen lugar que le permita disfrutar su almuerzo,  un buen aperitivo, preparado por sus manos, siempre trata que el almuerzo sea ese momento para desconectarse, sin querer al terminar, se le queda  algo dentro de los dientes y con la punta de la lengua trata de moverlo varias veces y no lo logra, insiste y como si estuviera en éxtasis empuja y empuja, pero por qué no hacerlo con un palillo de dientes, pensaba, no… porque es adictivo el hacerlo con la punta de la lengua, empuja y empuja, pasaron los minutos, el inicio nuevamente de labores y en su mente el pedazo de comida que tenía entre los dientes.

Ocupada en hacer su mejor servicio para los clientes que visitaban su restaurante, Tina trata de concentrarse, pero a medida que avanzaba el tiempo su gran interés era al terminar el día volver a ensimismarse en su único objetivo, tratar de retirar el pedazo de comida que se le había quedado entre los dientes, transcurren tres horas arduas de trabajo, pero miraba el reloj lento, injusto a su parecer, y poco cómplice, la jornada terminaba entre las cuatro y cinco de la tarde, faltaban dos largas horas, sus compañeros de labores, advierten un descuido en cada uno de sus platos, repetía órdenes y no era ágil en el servicio y le preguntan ¿qué pasa?  y responde tengo en mi mente un pasatiempo al terminar la jornada, la respuesta inquieta a todos, pues pocas veces Tina se divertía, sin embargo, volvieron a su quehacer, pero Tina se rehusaba a dejar de pensar en lo que la punta de su lengua empujaba cada vez que podía.

Al terminar su jornada sirve un buen vino, busca un lugar alejado que le permita sumergirse en su labor, despacio, pausado, lento, en un desgaste de energía cómoda y placentera, sube y baja la punta de su lengua, empuja y empuja, y cuando al fin logra retirar el pedazo, vuelve a pasar la punta de su lengua con la esperanza de no haberlo logrado y seguir empujando y empujando…

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