Quiero llegar al reino del sueño con agilidad, porque las noches me
confunden con su incierto transcurrir. El tiempo nocturno, burlándose, juega
conmigo: en ocasiones eterno, hace lentas las horas y no comprendo si las ideas
que se me fugan datan del ayer o quizás no las pienso aún; otras veces, como un
breve instante, que al parpadear es frenado de golpe por el destello de la
mañana, me obliga a enfrentar la transición del oscuro silencio al bullicio
matutino sin mayor descanso que el de dormir despierto.
Me incorporo a la vida diaria con un sopor profundo, estado que
gradualmente se desvanece a causa del clamor de ayuda que resuena de forma
recurrente en la habitación sombría en la que me encuentro; un escándalo que
comienza, casualmente, al mismo tiempo que las campanadas de la catedral… Así
es como ambos ruidos: uno distante, metálico y acompasado; y el otro, gutural,
desgarrador y casi inhumano; se confabulan misteriosamente por breves momentos
y logran arrancarme del letargo. Al cabo de un tiempo solo perdura el flagelo
de los gritos; sin embargo, permanezco sereno, pues me parece un poco familiar
la situación, creo haber estado aquí antes.
Lentamente entro en razón, me doy cuenta de que un día ha sucedido a
otro sin división alguna, y que de esta manera he cruzado ileso por el onírico
y prístino portal de los delirios. Es por eso que escucho el ladrido de un
animal que replica sin motivos, como si tuviera la intuición del tiempo por
venir; delatando su secreto de cómplice adivino del orden orquestado por el
viejo sentir de aquellos pasos que se escuchan retumbando las escaleras del
cielo. Sabe bien que, lo que ahora es el sonido tenue de la llovizna, pronto
progresará al estruendo punzante y desenfrenado de improperios y forcejeo.
A pesar del ambiente pesado y ese constante quejido, me siento imbuido
de un extraño sentimiento de unidad primordial… una emoción difícil de
describir. Siento la unión entre cuerpo y mente en uniforme mezcla de tejido
orgánico y pulso eléctrico. Soy como un embrión que, esperando el paso de la
potencia al acto, no descansa en su labor de existir ni con el ancestral ciclo
que separa a los soñadores y vividores, de los cuerpos inánimes y las mentes
que caminan. Lentamente me doy cuenta de que los gritos son míos, siempre
fueron míos todo el tiempo; y dentro de mi cabeza han construido peldaños de
niebla.
La noche no es menos maravillosa que el día, no es menos divina ; en la noche las estrellas brillan, y hay revelaciones que el día ignora (NIkolaj Berdjaev)
ResponderEliminarPeldaños de niebla... Se vale escalar y llegar a la cima
ResponderEliminarExcelente texto, permite viajar por la imaginación mientras se lee. felicidades!
ResponderEliminarLas noches se vuelven un libro de páginas que permite a los transeúntes contar las historias que empiezan a aparecer. Reconocerlas es reconocer los diálogos silenciosos que solo habitan en en el interior de cada uno. Gracias por el texto y la narrativa que expones y habitas en el.
ResponderEliminarNoches oscuras, largas, mágicas o temerosas. Noches y sueños que nos llevan a portales desconocidos donde no sabemos qué va a pasar.
ResponderEliminar"Lentamente me doy cuenta de que los gritos son míos, siempre fueron míos todo el tiempo; y dentro de mi cabeza han construido peldaños de niebla." Excelente cuento y se entiende bien, además, se presta para un significado subjetivo.
ResponderEliminarLas voces internas pueden hablar más de lo esperado, esta es una realidad innegable.
ResponderEliminarMe gusto mucho el cuento, me llevo a esos momentos de confusión que ocurren de repente que no parecieran tener fin, que nos llenan de incertidumbre... gracias por el escrito Samu
ResponderEliminarDespertar y solo recordar que la noche fue larga. Gran cuento, Samu.
ResponderEliminarA pesar del ambiente pesado y ese constante quejido, me siento imbuido de un extraño sentimiento de unidad primordial… que excelente cuento y muy entendible.
EliminarQue hermoso relato, me hace reflexionar bastante.
ResponderEliminarLa imaginación se producen cuando nuestra mente viaja, explora e indaga por los rincones más insospechables de los universos... además, lo mejor de la imaginación es que no hay reglas y todo vale, lo que nos hace sentir libres y capaces de cualquier cosa. Esa mente capaz de alcanzar la más alta meta✨🧠
ResponderEliminarLa niebla se esfuma ante la majestuosidad del imponente y resplandeciente brillo del sol...🤗🌞
ResponderEliminarLas tendencia básica como seres humanos en la que se encuentran nuestra personalidad consciente y nuestras emociones instintivas primarias conducen a expresar y reconocer de una u otra forma estos sentimientos conscientes, lo que también conlleva a comprender todo aquel templo que somos, que somos únicos y la unidad de nuestro cuerpo, alma y espíritu. Súper genial Samu!!
ResponderEliminarLa noche nos inmersa en ese portal de delirios. Hermosa descrpcion
ResponderEliminarEl portal de los sueños, muy profundo y descriptivo. Excelente cuento
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarExcelente texto 👏
ResponderEliminarExelente 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
ResponderEliminarLa imaginación es más importante que el conocimiento, porque el conocimiento es limitado y la imaginación no.
ResponderEliminarDespertar a la realidad después de una larga pesadilla, es fortaleza y experiencia.
ResponderEliminarSamuel, me encantó tu cuento, se ve que plasmas tus pensamientos muy bien, sigue escribiendo.
ResponderEliminarExcelente lectura para un sábado en la noche.
ResponderEliminarLas noches de insomnio muchas veces nos obligan a reflexionar profundamente. Excelente relato.
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