martes, 13 de junio de 2023

Diamante en bruto de Sergio Daniel Gómez Palacios

Solo se necesitó de un soplo de vida para que el gran omnipotente transformará rocas en una civilización, parece increíble pero es así como durante muchos años se vivió en el planeta Rolcán, un lugar muy lejano a nuestra galaxia, con abundantes nubes de polvo de estrellas que a veces generaban destellos, pues la atmosfera del planeta era densa y oscura, pero en su interior contenía un volcán del cual emergían pequeños ríos de lava que al fusionarse con los minerales aledaños permitían que brotasen diamantes. Cautivado por la belleza que estas piedras tenían y alimentado por el deseo de tenerlas a todas, el gran omnipotente, creo a sus habitantes. Los rolcanianos, nacían de la roca más lejana al volcán y su único propósito era recolectar los diamantes para llevárselos a su creador, fue así que el los diseño de una manera muy simple, su aspecto era brusco y a duras penas tenían la morfología para desplazarse; es así como se levantó un pueblo minero que tenía un solo propósito y a su vez, un único pensamiento, que se repetía una y otra vez dentro de sus cabezas, si es que algunos la tenían, solo escuchaban la voz del omnipotente que repetía una y otra vez el mismo conjunto de palabras: - ¡Pica, levanta ó recoge, él al diamante examina, y después de entregado, solo vuelve a la mina!. Durante siglos esta fue la rutina, pero un día; uno de los rolcanianos llevó ante su creador una roca que no brillaba, era opaca, simple y sin gracia, acto que desencadeno una furia incontenible. Así fue que, el gran omnipotente se dirigió hacia los ríos de lava y observó que ya no quedaba ninguna piedra en los alrededores, ensimismado en su frustración y al ver lo simple e inútil que ahora se había vuelto su creación, el gran omnipotente, se llenó de enojo, su sentimiento fue tan fuerte que iba lanzando, empujando y pateando a los rolcanianos hacia el río de lava, hasta que no quedo ninguno de ellos. Al día siguiente, al gran omnipotente lo despertaron varias voces, esta vez no era su misma voz tarareando el conjunto rutinario de palabras, eran voces de todos los tonos y timbres, él gran omnipotente sintió pánico, pero solo necesito abrir los ojos, para ver una gama de diamantes de colores que se movían y cantaban, eran los rolcanionos, era su creación la que ahora hacia brillar el planeta. Fue así que, el gran omnipotente decidió darle el soplo divino a las rocas que había almacenado durante años, para escuchar nuevas voces y ver nuevos colores, pues cada rolcaniano ahora tenía un brillo único y especial.

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