lunes, 12 de junio de 2023

El CAD me hace ver burros amputados de Raul David Sierra López

¿Dibujar es útil? Yo siempre me pregunte eso de niño. Me acuerdo de que no daba con ningún trazo correcto, los círculos me salían cuadrados, los cuadrados me salían circulares... en fin todo era al revés. Por más que intentaba no podía dar con un dibujo decente. ¿Problemas de motricidad? Para nada. Inusualmente solo tenía problemas dibujando, me explico: podía sostener un vaso, tomar una cuchara o cualquier cubierto e inclusive tomar un lápiz sin ningún problema. Me consideraba un niño normal pero que dibujaba horrible.

Yo me convencí de que lo menos que podía estudiar en la universidad era artes plásticas o arquitectura.  Me encantan las matemáticas y pensé que una ingeniería era lo más adecuado para mí. ¿Pero cuál? Mire con curiosidad la malla curricular de ingeniería física, tenia de todo desde programación hasta una materia llamada “Taller 1: Dibujo para ingeniería”. Me asusté al verla, pero luego al revisar los contenidos me di de cuenta que usaban programas CAD. Iba a cumplir mis sueños, los trazados eran automáticos: las líneas y figuras lo hacia el propio programa, no importaba si mi coeficiente intelectual espacial fuera inferior a la media. Decidí tomar el riesgo.

Y ahí estaba yo viviendo un verdadero calvario, no solo era torpe usando el CAD, sino que también había planchas a mano que valían 35% de la calificación final. Me sentía un inútil, una persona que dibujaba sin manos. Los demás me parecían unos superdotados mientras que yo por más que me esforzaba no aprobaba, viví un semestre de estrés constante. Afortunadamente había un 35% que era teórico y así pude medio nivelar la asignatura. Todo se definía en el trabajo final que era hacer un modelo CAD completo y necesitaba 3.7 para aprobar.

 El estrés era tan grande que el día anterior a la entrega final me faltaba la mitad del trabajo. Me quedaba mirando al techo mientras pensaba en mi inutilidad en esta asignatura. Pero me armé de valor y decidí completar la tarea. Paso algo curioso, sentía un dolor mental constante pero mi determinación era muy grande. Al mismo tiempo mire que en el fondo de mi habitación había un pequeño burro que tenía la pata derecha amputada. No le tome importancia, primero la asignatura luego el psiquiatra. A medida que iba terminando el modelo, el burro se hacía más grande hasta que llego a la adultez. Cuando estaba terminando el trabajo a el burro le creció una prótesis en la pata amputada y comenzó a rebuznar de forma muy molesta, eso me exaspero a tal punto que cuando envié el trabajo estampé el computador contra el burro, este lo traspaso y se estrelló contra la pared.

Logré pasar la asignatura. Pero mi alegría más grande es que decidí jamás volver a tocar un CAD, jamás volver a realizar un dibujo y que jamás me volveré a sentir un burro amputado.

 

 

 

1 comentario:

  1. JAJAJJAJAA muchas gracias por compartirlooooooo, no podía terminar el día de mejor manera, es fantástico cuento

    ResponderEliminar

Cuentos participantes

El más sabio de todos - Sara Sofia Reyes Villamil La cara del mal - Daniela Alejandra Franco Arias El portal de los delirios - Samuel Bedoya...