lunes, 12 de junio de 2023

ELLOS Y YO de María Fernanda Mejía Pérez

En mi cabeza habitamos varios, a parte de mí, existen varias voces que no logro acallar, yo les llamo demonios, pero mi psicóloga les llama traumas.

25 años me han acompañado y han hecho de mi cabeza su hogar: está el demonio verde enmascarando lo que no se puede conseguir, el demonio azul diciendo constantemente lo insignificante que soy en la vida de los demás, el demonio rosa grita que no existe alguien que sea capaz de soportarme, el demonio naranja susurra constantemente que soy culpable de los problemas que me rodean, el demonio amarillo no soporta ver que a veces lleguen rayos de luz a mi vida y el demonio rojo (¡a ese sí que le temo!) que me acecha con una voz suave y pasiva, diciendo día a día que ni soy merecedora de amor propio.

Luchar contra ellos ha sido una tarea difícil de asumir, me han llevado al fondo de un precipicio que no pareciera tener salida y, aunque no todos me hablan al tiempo, siempre hay al menos uno o dos que no se callan, que me mantienen en un estado constante de alerta y desconfianza con mi mundo interno y con el mundo externo. Ya había mencionado a mi psicóloga, ¿cierto? Pues ella dice que solo yo tengo la capacidad de quitarles el poder que han ganado con tantos años habitando en los rincones de mi mente, pero ante ellos me siento como una niña de 8 años… La niña que era cuando empezaron a aparecer y me hicieron creer todas las historias que me contaban, reforzando y agrandando todo lo que pasaba en mi exterior.

Es curioso que le tema más a mi mente que a las maldades del mundo y solo deseo que la terapia le de suficiente valor a mi niña interior para acabar con los demonios con una espada o una varita mágica, así como en las historias fantasiosas que siempre me han rescatado un rato.

Solo anhelo que se callen un rato para poder ser libre

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuentos participantes

El más sabio de todos - Sara Sofia Reyes Villamil La cara del mal - Daniela Alejandra Franco Arias El portal de los delirios - Samuel Bedoya...