Antes que Emily naciera su padre ya había muerto, pero aun así hablaba
con él en sus sueños. Para ella, su padre era su superhéroe favorito. Cuando Emily
tenía 8 años, la mamá la castigó. Le dijo que lo que había hecho estaba mal y
por eso no podía salir a jugar.
Ella alentada por sus amigos de la escuela, desobedeció la orden de su
madre y salió a jugar con ellos, no sin antes dejarle una carta en el
mostrador. Cuando salió con sus amigos, llegaron al parque y comenzaron a jugar
su juego favorito.
Hace mucho no habían podido jugar puesto que Emily todo el tiempo se la
pasaba castigada. Entre risas y carcajadas se divirtieron mucho, nunca hubo
tanta alegría expresada en los ojos de Emily como en esa ocasión, aunque esta
solo fuese efímera.
La madre al enterarse que su hija no estaba en casa y que la había
desobedecido, la buscó por todas partes sin éxito. Mientras esto sucedía, ella
observó la carta escrita que posaba sobre el mostrador; la tomó en sus manos y
la abrió para ver su contenido. La carta decía:
“Hoy en la escuela, un compañerito habló mal de mi papito y yo le
clavé el lápiz en el estómago, por eso me llevaron a dirección, espero que me
entiendas…”
Con un gran sentimiento de melancolía y entre lágrimas, la madre cerró
la carta lentamente.
Abril de 2023
Autor: Juan D. De la rosa
Me encantó, apoyen a los jóvenes soñadores de gran imaginación.
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