Tenía frío en su mirada por su mala
costumbre de mirar eventos pasados, por eso, le gustaba observarme, el futuro
se había vuelto mi presente en algún momento pasado; y ya no me acordaba hace
cuánto. Bien saben los oráculos y los historiadores que la calma
no es fácil de encontrar en este oficio, pero que, sin ellos, la intriga que
mece el presente se extinguiría, y hasta el más simple hecho como ver a alguien
carecería de sentido.
No se acercaba porque percibía temor en
mí; no le temía por cómo me veía, le temía porque ella no me temía a mí y
omitía por completo la barrera que construyen los desconocidos al encontrarse
en un lugar concurrido. Su cuerpo, poseído por una seguridad
que otorgan los grandes fallos, replicaba los pasos de un peatón que alguna vez
vi, hacia mi dirección. Mientras que yo, inmóvil, apreciaba
como un elemento del paisaje se revelaba de su sobriedad y se evocaba ante mi
como persona.
El futuro se presenta de muchas formas, la
mayoría no las entendemos debido a nuestra baja comprensión de las señales; aun
así, los pocos signos que reconocemos por medio de nuestros sentidos los
llamamos Dios. Dios construyó La Torre de Babel en mi mente,
voces de distintas lenguas se gritan y se susurran relatando los futuros a los
cuales creen merecer estamos destinados. He aprendido a
escucharlas y también les he enseñado a escucharme, por tanto, suelen callar en
momentos importantes y soltar como máximo una palabra: “¡Despierta!”.
Abro los ojos, y encuentro calor, acostado
en una cama examinando mi situación. La ventana abierta
irrumpiendo la monotonía del interior, develaba un espacio
habitado. Los objetos se quedaban quietos si los miraba, pero
se burlaban de mi atención cuando no los observaba. Hasta que
la luz cayó sobre las sábanas… se movían sin miedo de ser vistas, como si ya lo
hubieran hecho previamente; su forma cambiaba con parsimonia y yo me empezaba a
acostumbrar.
—¿Volviste a tener el mismo sueño? —me
dijo la sábana con voz de mujer.
—Si —respondí con temor a que preguntara.
—Yo también —replicó mientras se movía.
Como una mariposa que nunca quiso salir
del capullo, nunca se desprendió de sus sabanas, seguía acomodando su forma
dentro de los pliegues de la tela. Y con cada rebelión contra
la quietud del espacio, pronunciaba una frase o pregunta que no sabía
responder. No podía dejar de verla, y de alguna forma siento
que ella solo me observaba a mi, mientras, relataba historias que mi alma
sentía como propias.
Nunca me ha gustado la sensación de
olvidar algo, tengo la firme creencia de que el cielo en realidad es un ladrón
de sueños y que las nubes solo son bancos de deseos donde se exhiben para que
las personas los admiren. Pero, había algo del misterio que
ella portaba que me hacía no darle importancia; y había algo de su calor, que
se asemejaba al sol que iluminaba las nubes, dándole vida a esas
memorias. Nunca pasó por mi mente liberarme de la intriga, y
por lo que veía, a ella tampoco, sabía que me enamoraba y que caía más profundo
en mi ser su voz con cada palabra que me decía.
—Tienes que volver a dormir y hacerle más
caso a la voz en tu cabeza. —dijo como una sentencia a nuestra conversación.
—¿Por qué? —murmuré extrañado mientras que
cerraba los ojos.
Estaba ahí otra vez, la misma calle, la
misma mujer, y el mismo yo. Silencio, la calle está llena,
pero nadie habla, nadie me ve, le hablo a Dios y no me responde.
Silencio, escucho una voz, ¿Dios tiene voz de mujer? Volteo.
—¡Tómame la foto! —me dice con emoción una
voz conocida.
es preciosoo, tiene unas frases que me encantan.. no veré las nubes del mismo modo
ResponderEliminar"—Tienes que volver a dormir y hacerle más caso a la voz en tu cabeza." ¡Brutal! ¿Cuántas veces no hemos escuchado que debemos ignorar las voces de nuestra cabeza para encontrar la paz y la calma? Tal vez, en algunos casos, no es así. Excelente cuento.
ResponderEliminarEsto es simplemente hermoso.
ResponderEliminarMe encantó
ResponderEliminarSigue escribiendo arte, como lo acabas de hacer.
ResponderEliminarMe gustó la claridad y sencillez de sus palabras.
ResponderEliminarEl texto presenta una prosa poética y evocadora que atrapa al lector desde el principio. La descripción de la mirada fría y el contraste con el futuro convertido en presente crea una atmósfera intrigante y enigmática. La habilidad del autor para transmitir emociones a través de metáforas y descripciones detalladas es notable.
ResponderEliminarLa narrativa fluye de manera fluida y cautivadora, manteniendo el interés del lector a medida que se desarrolla la historia. La introducción de la sábana con voz de mujer agrega un elemento misterioso y fascinante al relato, generando curiosidad sobre la relación entre los personajes y sus sueños compartidos.
Además, el uso de metáforas como la Torre de Babel en la mente y la comparación de las sábanas con mariposas atrapadas en un capullo, le da al texto un toque poético y visualmente sugerente. La descripción de las sábanas moviéndose sin miedo y la conexión emocional entre los personajes crea una sensación de intimidad y profundidad en la historia.
En general, el autor logra transmitir sensaciones y emociones de manera hábil, creando un relato intrigante que invita al lector a reflexionar sobre el poder de los sueños y la conexión humana.
Las sábanas tienen voz de mujer. ¡Brindo!, por seguir hablando con la sábana, para que siga siendo capullo terco. Qué bello! Mera imagen.
ResponderEliminarMe resultó envolvente, poético, provocador... Tienes mucho talento!!
ResponderEliminarHermoso. Me atrapó. Me encantó. ¡A soñar y no olvidar!
ResponderEliminarMuy bonito el texto, bastante trabajado y conmovedor
ResponderEliminar" (...) el cielo en realidad es un ladrón de sueños y las nubes solo son bancos de deseos donde se exhiben para que las personas los admiren." Intrigante y verdadero, poesía
ResponderEliminarQué texto tan genuino y lindo, donde se nota que cada letra, palabra y oración fueron imaginadas y escritas con el ser.
ResponderEliminarInteresante escrito, me hace recordar a Edgar Morin, y su enfoque a hacia el pensamiento complejo. Es un escrito muy bien estructurado, lleno de prosa y metáforas que atrapan al lector desde su inicio. La intriga y el suspenso son dos elementos muy bien utilizados, incitan al lector a conmoverse de forma abstracta dentro de su imaginación.
ResponderEliminarLa forma en la que hilas la historia y la estructura que presenta el relato es espectacular, la maestría de tus adjetivos y forma narrativa es, a mi parecer, de un estilo muy surrealista. Me gusta como incluyes la figura de Dios y el final con el que cierras el texto. Sobretodo, y me parece importante recalcar, que es un título simple y que oculta la profundidad de tu texto. Es en la simpleza de tu escritura y en la construcción de cada párrafo, que se encuentra la verdadera magia que empapa el significado del relato. Vale la pena leerlo y releerlo para descubrir aún más elementos ocultos dentro de esas imágenes narrativas tan bien construidas. ¡Totalmente recomendado!
ResponderEliminarMuy bonito, me gustó mucho.
ResponderEliminar"Nunca me ha gustado la sensación de olvidar algo, tengo la firme creencia de que el cielo en realidad es un ladrón de sueños y que las nubes solo son bancos de deseos donde se exhiben para que las personas los admiren." Me parece que este cuento nos demuestra la habilidad que presenta el autor para capturar la atención del lector, nos logra transmitir y generar mociones por medio de sus palabras y eso es algo que no todos logran.
ResponderEliminarRealmente nos inspira un texto cuando nos identificamos con él, es por eso que comienzo por agradecerte la oportunidad que me diste de leer el tuyo, es indiscutiblemente increíble. Resalto la capacidad que tienes para jugar con los conceptos de pasado, presente y futuro, y así, demostrar que sin éstos los sueños serían, de alguna forma, incompletos. Se puede decir que ejemplificaste poéticamente un acontecimiento: El evocar y perderse en los sueños.
ResponderEliminarEs más bonito aún notar que, dentro de la brevedad en la que describes un suceso aparentemente cotidiano, logras incluir anhelos, temores y, de alguna forma, el consciente y subconsicente que se vuelven dicotomía. Me gustó bastante que utilizaras la personificación como figura literaria pues complementas la idea del sueño y deseo en todas sus dimensiones. El cuento es ameno, captura la atención del lector y nunca pierde el hilo de sentido, lo más interesante es ver la forma en la que cada párrafo se une a los demás.
… Esto es dejar fluir la vida a través del pensamiento sin que este la esclavice!
ResponderEliminarMajestuosa manera de develar un instante de la experiencia humana con todos los devenires, certezas e incertidumbres, insensateces, sortilegios… que la acompañan.
Este es un bello decir de un fragmento de experiencia humana en el cual las aladas voces de la cabeza del escritor encuentran salidas, que, por libres, invitan, a la interlocución con las voces del lector.
Se aparta de lo común y de pensar que la realidad como acto siempre tiene un fin, sencillamente corta donde puede seguir una nueva historia
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ResponderEliminarExcelente relato, envolvente e inesperado.
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